Un viaje a Rusia, sin salir de Guadalajara/ Mariana Valenzuela

Foto 1. Fabergé (2009). Vivir Guadalajara.


Definitivamente, conocer diferentes culturas nos ayuda a tener una mejor comprensión del mundo ya sea en el presente o el pasado. El arte es una forma en la que las culturas se expresan, por lo que es importante darnos tiempo de apreciarlo.
Como parte de la materia de Arte y Cultura Contemporáneo, mis compañeros y yo, acompañados por nuestro profesor Juan Pedro Delgado, fuimos a dar una especie de recorrido por distintos museos tanto de Zapopan como de Guadalajara. La cita era a las 14:30 horas, en el área donde se toma el Expresso Tec. Al llegar ahí, tomamos lista y nos preparamos para partir. De todas las exposiciones que íbamos a visitar, me llamaba más la atención la que visitaríamos en el Hospicio Cabañas. Lo único que sabía era que la exposición era sobre los Zares de Rusia, lo cual me entusiasmaba mucho. Cuando por fin ingresamos al área donde estaba la exposición, quedé boquiabierta ante tanto esplendor.


La exposición Fabergé, La Visita del Zar: Joyas de la Rusia Imperial, como su nombre lo dice, nos muestra cómo era la vida de los zares de Rusia durante la época imperial, mediante más de 150 artículos de colección que van desde un juego de vajilla de la familia imperial, hasta invitaciones que dicha familia hacía para que otras personas importantes acudieran a sus palacios. Al inicio se aprecian los trajes de un Zar y la Zarina; los cuales están absolutamente impecables y parecen salidos de un cuento de Disney. De hecho muchos bromeamos diciendo que los usaríamos para Halloween. Conforme avanzaba, iba encontrando objetos por demás peculiares. Por ejemplo, había documentos en los que por decreto imperial se nombraba a algún sargento u otro puesto importante. También había una serie de videos y fotos en los que se veía cómo vivía la nobleza los momentos de coronación u otros actos de relevancia social.


Foto 2. Egg (2009). Joyas Imperiales.


Como era de esperarse, la exposición estaba plagada de diamantes y demás piedras preciosas pertenecientes a las distintas familias reales de Rusia. Esto lo podíamos ver en un sinfín de joyas, prendedores, etcétera; al igual que en las cajas de presentación imperial, las cuales son unas cajitas con diseños muy elegantes. Pero lo que más contenía piedras preciosas eran los Huevos de Pascua, que eran una tradición imperial y consistían en adorno en forma de huevos de pascua (valga la redundancia) con diferentes temas en específico. Para darme una idea de su valor, les pregunté a los guardias y me dijeron que si tenía 20 millones de dólares podría llevarme uno de los huevos. Pero más allá del valor económico de las piezas, el valor histórico me pareció más importante porque con todas esas piezas se puede construir la historia de toda una época.


Una de las cosas que me gustaron de la exposición, fue que al lado de cada pieza había una descripción de la misma, lo cual nos ayudó a tener una idea más clara del significado de cada objeto. Además, se narraba un poco la historia de cada familia real, pasando por Pedro El Grande, Anastasia, entre otros; lo que me ayudó mucho a poder entender mejor la historia de la Rusia Imperial. Como resultado, al salir de la exposición me sentí más conocedora de la cultura rusa en general.

Nombre de la exposición: Fabergé, La Visita del Zar: Joyas de la Rusia Imperial
Fecha: Del 7 de octubre al 3 de noviembre
Lugar: Hospicio Cabañas
Plaza Tapatía
Guadalajara, Jalisco

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