CUERPO DE CRISTO, Christian Iván Villaseñor Soto

¿Fragmentar las imágenes icónicas de Cristo,para lograr la apreciación de los detalles de naturaleza erótica y hasta con estereotipos de la figuración gay? Hace siglos, esto pudo haber sido suficiente para merecer la pena de muerte. El autor de "Cuerpo de Cristo" Rafael Majano de origen salvadoreño se atreve a fotografiar por separado esculturas de la Catedral Metropolitana, El Expiatorio, El Templo de San José y San Sebastián deAnalco.

La única intención era lograr que nuestra visión de estas imágenes sea desde distinta perspectiva, liberarnos de aquel contexto sagrado y conservador, alcanzar una observación diferente. El autor se enfoca a evitar las partes más emblemáticas y de mayor divulgación, como lo son la cara y la cruz. De hecho la invitación aparece un rostro, pero es todo, ya que en las imágenes de la sala se te obliga a pensar en lo que sigue.

La sala de exposición de este conjunto fotográfico es la galería Gabriel Flores, dentro de la Casa Museo López Portillo en el centro de la ciudad de Guadalajara, su inauguración fue el martes 1 de septiembre a las 20 horas, y continuará hasta el próximo 25 del mes en curso. De entrada la sala parece pequeña e improvisada, pero después de conocer el contexto y el propósito del autor basta con observar las 11 obras clasificadas con letras del alfabeto griego y dejarse envolver por este tipo de misterio laico o de experimento de una religión erótica desde su principal fundamento.

El artista y comunicólogo prepara desde hace tres años un proyecto de 300 imágenes, mostrando un Cristo jamás antes visto. Su trabajo consiste en visitar estos lugares sagrados y fotografiar las esculturas ahí expuestas, en ocasiones a través del cristal de las vitrinas, donde el flash crea atmósferas que nos revelan contraste en las esculturas.

Pude observar como elemento principal y a veces perturbador, la sangre, que es

enfocada y utilizada para atraer la mirada del visitante. La experiencia de recorrer estas imágenes cambia tu punto de vista, ya que se expone a Jesús de manera más humana, ya que te conduce a reconocerte a ti mismo, comparándote con el redentor.